Y entonces me das la espalda
Te estás yendo, y solo veo
Tu trenza marcando el tiempo
Recorriendo como péndulo
Tu espalda, de hombro a hombro
Te llamo. Grito tu nombre
Te detenés, sin darte vuelta
Escuchando.
“Y que ocurrirá –suplico-
Con la sabiduría de nuestras manos,
Con ese instinto trabajado de nuestros labios,
La costumbre de llenar nuestros huecos,
El reflejo del uno en los ojos del otro,
El hábito del abrazo como forma de vida,
El asesinato matinal de la pesadilla
(el otro como arma)”
Por una eternidad el tiempo
Se estira, casi hasta detenerse
Después, sin aviso alguno
El péndulo resume su marcha
Y te perdés en la distancia
Victoria, BC, Canadá
24 de diciembre, 2023
Que ocurrirá con todo lo que el otro se lleva, que, además, es lo mismo que me deja, pero que ya no sirve, o no tiene sentido. Me gusta, y la figura casi Victoriana, que se aleja, que se pierde.